Descubrir el mundo en una silla de ruedas
Me llamo Sonja Häsler. Tengo 42 años, soy suiza y vivo en Basilea. Soy asistente de dirección en gestión bancaria, pero trabajo en una agencia de viajes; hablo alemán, inglés, francés, sueco y un poco de español. Para mí, los deportes siempre han sido un tipo de elemento vital y, en muchos sentidos, crucial en mi vida.
„Cuando estaba en la cama del hospital justo después del accidente, tuve mucho tiempo para pensar sobre todo lo que sería diferente o incluso imposible en mi futuro. Una de mis mayores preocupaciones era que ya no podría cumplir mi deseo de descubrir el mundo. Sentí mucha, pero mucha tristeza...“
Puede que le resulte imposible imaginar lo que significó para mí cuando de repente me llegó un catálogo de turismo para personas con discapacidades: fines de semana en las montañas, vacaciones en la playa, viajes ida y vuelta para varios países; ¿puede todo esto ser real?, ¿incluso para mí, una usuaria de silla de ruedas? Este catálogo se convirtió para mí en una clase de guía de supervivencia que me ayudó a recuperarme tan rápido como fue posible y, al final, me lo sabía de memoria. No tenía dudas de que pronto formaría parte de uno de esos viajes organizados. Me tomó más de lo esperado, pero finalmente no solo reservé unas vacaciones con ellos, sino que también tuve la oportunidad de incorporarme en la empresa como especialista en viajes y evaluadora de hoteles. Para mí, este trabajo significa que puedo combinar mi experiencia personal como usuaria de silla de ruedas con uno de mis pasatiempos más importantes que pueda imaginar e incluso ayudar a otras personas con discapacidades a pasar unas excelentes vacaciones.
Han cambiado muchos aspectos relacionados con la organización de las vacaciones y los viajes alrededor del mundo desde que uso la silla de ruedas. Bajo ningún concepto quiero que suene a algo negativo, porque uno vive ciertas aventuras precisamente porque usa una silla de ruedas. Sin embargo, uno debe estar preparado para todo y, por lo tanto, debe ser extremadamente flexible y espontáneo. Por cierto, esto también se aplica a los acompañantes. Existen numerosos tipos de obstáculos: escaleras empinadas como único camino posible, demasiada nieve en estrechas entradas a cabañas...
En cuanto a los hoteles, no sé con qué frecuencia se encuentran escaleras camino a la habitación del hotel o no hay suficiente espacio entre la pared y la cama para pasar o el baño es extremadamente estrecho, lo que hace imposible ir al baño... Por eso mi registro como evaluadora de hoteles es tan importante: por un lado, hablo con el responsable del hotel para que tengan la oportunidad de realizar cambios y, por el otro, dejo constancia de todos estos detalles en la base de datos de la agencia para que otros futuros huéspedes no tengan problemas.
Con respecto al equipaje, probablemente puede imaginarse que con todo lo médico que uno debe llevarse, es esencial preparar la maleta de manera muy inteligente. Estoy muy feliz de que B. Braun haya desarrollado la gama “Mini Actreen®”, un catéter muy bueno y especialmente pequeño, ideal para el espacio limitado en el equipaje.
Gracias a las competencias deportivas internacionales y otros viajes de vacaciones normales, ya he visitado 33 países, 22 de ellos en silla de ruedas. Mi país favorito es Suecia, que, en mi opinión, está extremadamente adaptado para las personas con discapacidades. Algunos de los mejores lugares para destacar en otros continentes son Machu Picchu en Perú, el paisaje montañoso en Colorado y Guatemala, y muchos lugares en el sur de Australia. En cada país, pude aprender mucho. Creo que viajar y conocer otras culturas es una de las mejores formaciones que uno puede recibir. Todas estas experiencias durarán para siempre y no importa si lo hace caminando con sus propias piernas o en una silla de ruedas. Simplemente hágalo y nunca se olvide de que “si no lo hace, no existe”. ¡Buen viaje! ¡Y felices vacaciones!